Pero ya no estás aquí
Hoy te he visto unas cuantas veces entre la muchedumbre, pero ya no estás aquí. Hoy, como de costumbre, te he pensado un par de veces y me he preguntado qué pensarías de mí y de mis logros y locuras, pero ya no estás aquí. He pensado que probablemente me reñirías por muchas de las cosas que hago y otras tantas que dejo de hacer. He pensado que te escandalizarías con algunas de mis extrañas costumbres que jamás llegaste a entender, pero claro, ya no estás aquí. Te he buscado en mi lista de contactos en un intento de sentir que, tal vez, puedo llamarte y escucharte de nuevo, como antes, ¿te acuerdas?... pero no, no estás aquí. Hasta donde yo recuerdo, no lograste hacer las paces con el botón verde de "descolgar". Jamás te llevaste bien con las tecnologías, nunca las comprendiste del todo, de la misma extraña forma que sentías que nadie te comprendía a tí. He buscado el cielo en google-maps para hacerte una visitilla, pero no aparece. Así que, mientras tanto, seguiré dejándote mensajes en el buzón de voz y escribiéndote en alguna página web de mierda como esta. Una abraçada.